20 de Noviembre…lo que todavía no terminó
Por Ricardo Darío Primo
Se acerca la fecha del 20 de Noviembre considerado como el “Día de
Creen que ese día, cuando nuestros patriotas criollos decidieron enfrentar a los dos imperios más importantes del momento (Inglaterra y Francia), fue una simple batalla, dónde se bloqueo por algunas horas el paso de naves de guerras extranjeras y luego de arduos combates, donde murieron muchos argentinos, quedó para siempre plasmada la voluntad de defender nuestra soberanía.
Quizás la historia que nos enseñaron, quiso que ese hecho constituyera una “instantánea” de nuestro pasado. Simplemente eso nomás…algo vacío.
Sin embargo, eso está lejos de la realidad. Porque ese 20 de Noviembre comenzó la verdadera lucha por nuestra nacionalidad.
Los mismos enemigos que enfrentamos en
renunciando a la integración de Paraguay como antigua parte de las Provincias Unidas del Río de
Por supuesto que tales hechos, estaban apoyados por una pléyade de comunicadores o “boletineros” que veían en el derrumbe de Rosas, la posibilidad de construir una Argentina, a la europea.[1]
Y aún dentro de esos grupos de “desestabilizadores” había intereses contradictorios, pues luego de derrocado Rosas, como buitres sobre el cadáver de nuestro país, se arrojaron de lleno a llevar a cabo su cometido, a punto tal que casi se produce una separación territorial entre argentinos (Conflicto de
Surgieron dirigentes como Mitre que no dudaron en usar medios de comunicación, en este caso gráfico, de su propiedad para llegar a su meta destruyendo a sus opositores.
Pero también hubo hombres como Luís Piedrabuena o más tarde el Perito Moreno, que no se dejaron “convencer” por ésta prédica y desprecio de lo nacional en pos de otros intereses, luchando y estableciendo nuestra bandera en los rincones más ignorados del sur americano.
Y se estableció
Se sirvieron de otros “entusiastas dirigentes” para convertir esta tierra en “granero del mundo” pero dónde sus riquezas iban a manos de 15 familias que vivían en París o en sus palacetes de
La afluencia inmigratoria hizo que la educación se convirtiera en un elemento de transformación de aquellos niños de distintas naciones que llegaran a nuestra tierra. Y arriba de esos pizarrones que miraron con curiosidad, fueron a parar los retratos de nuestros “próceres” protagonistas y héroes de nuestra “historia oficial”. El resto, al tarro de la basura.
Y
Los mismos que beneplácitamente disfrutaron de nuestra llamada “Década Infame” dónde los negociados económicos estaban a la orden del día y dónde los gobernantes tenían como fuente de su poder, la corrupción y el fraude electoral.
Miraron con estupor el fin de esa etapa el 4 de Junio de 1943 y enseguida sabiendo que sus intereses estaban en peligro, intentaron vincular a sus protagonistas con los perdederos de
El embajador norteamericano se introdujo de lleno en esa campaña política, al igual que otros diplomáticos de la lengua de Shakespeare, lo hicieron años atrás presionando a Hipólito Irigoyen para poner fin a las revueltas obreras en nuestra Patagonia.
Teníamos solamente nuestros símbolos patrios. La economía reposaba en le libra esterlina, nuestros servicios eran prestados por empresas monopólicos extranjeras.
El peronismo puso fin a esa triste etapa. El pueblo se sintió protagonista de su propio destino. Hubo un antes y un después en nuestra historia.
Y nuevamente los intereses extranjeros, con la complacencia de algunos medios a su servicio (
Ingresamos al FMI con la sonrisa en los labios de nuestros “cipayos”. Perón diría más tarde que lo importante no es liberarse de las potencias opresoras, si no más bien, mantener esa independencia unidos en toda Latinoamérica.
En las masas perduró el sabor del protagonismo y el amor a quienes les otorgaron la dignidad humana que les habían hecho perder sus explotadores.
En 1982, ese sentimiento postergado, arrollado por los distintos gobiernos militares que interrumpieron como quisieron los intentos democratizadores, vio la oportunidad del desquite en el conflicto de Malvinas. Y no faltaron tampoco quienes censurando esa actitud, más tarde en el gobierno quisieron quitar ese sentimiento genuino y cultivado por años, impulsando la “desmalvinización” nuestro corazón.
Después de muchos años, los mismos intereses, los mismos sectores, con otras personalidades, quieren quitar al pueblo la posibilidad de tener sus propias herramientas de cambio. Nuestra historia es testimonio de su lucha por doblegarnos
Los mismos poderes internacionales están detrás. Por eso, el 20 de Noviembre no terminó para Argentina. Tenemos la oportunidad de afianzar un rumbo soberano.
No dejemos que los cipayos nos ganen de mano.
Viva
[1] “Lástima grande que los habitantes de Buenos Aires no conocieran en aquel momento (durante las invasiones británicas) las instituciones inglesas. PUES CON TAL VICTORIA PERDIMOS POR LO MENOS CINCUENTA AÑOS DE CIVILIZACION” (Domingo Faustino Sarmiento, Armonía y conflictos de las razas en América)
[1] ¿Por qué
[1]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario