martes, 17 de noviembre de 2009

20 de Noviembre…lo que todavía no terminó

20 de Noviembre…lo que todavía no terminó

Por Ricardo Darío Primo

ricardodarioprimo@hotmail.com

Se acerca la fecha del 20 de Noviembre considerado como el “Día de la Soberanía Nacional” y a pesar de que algunos pasan de largo esta fecha, muchos omiten pensar el profundo significado de la misma y su proyección actual.

Creen que ese día, cuando nuestros patriotas criollos decidieron enfrentar a los dos imperios más importantes del momento (Inglaterra y Francia), fue una simple batalla, dónde se bloqueo por algunas horas el paso de naves de guerras extranjeras y luego de arduos combates, donde murieron muchos argentinos, quedó para siempre plasmada la voluntad de defender nuestra soberanía.

Quizás la historia que nos enseñaron, quiso que ese hecho constituyera una “instantánea” de nuestro pasado. Simplemente eso nomás…algo vacío.

Sin embargo, eso está lejos de la realidad. Porque ese 20 de Noviembre comenzó la verdadera lucha por nuestra nacionalidad.

Los mismos enemigos que enfrentamos en la Vuelta de Obligado, viendo que el valor de los criollos no se amilanaba frente a su poderío bélico, usaron más tarde, la sutileza del vil metal, comprando voluntades de nuestros dirigentes que no sintieron vergüenza de usar esos fondos para derribar al que había puesto de pie las baterías de Obligado[1]

Por supuesto que esos “servicios” eran pagados luego con la entrega del patrimonio nacional, como estipuló la Constitución de 1853 impulsada por el “organizador “ Urquiza, al declarar que nuestro territorio era el que ocupaba en ese momento la Confederación Argentina, renunciando con tal hecho a miles de leguas cuadradas de las misiones guaraníes, que había usurpado Brasil (Por eso sus tropas formaron parte del “Ejército Grande” de Urquiza, y desfilaron luego de Caseros por las calles de Buenos Aires, el mismo día en que se conmemoraba su derrota en una batalla de 30 años antes) y también

renunciando a la integración de Paraguay como antigua parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Por supuesto que tales hechos, estaban apoyados por una pléyade de comunicadores o “boletineros” que veían en el derrumbe de Rosas, la posibilidad de construir una Argentina, a la europea.[1]

Y aún dentro de esos grupos de “desestabilizadores” había intereses contradictorios, pues luego de derrocado Rosas, como buitres sobre el cadáver de nuestro país, se arrojaron de lleno a llevar a cabo su cometido, a punto tal que casi se produce una separación territorial entre argentinos (Conflicto de la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires).

Surgieron dirigentes como Mitre que no dudaron en usar medios de comunicación, en este caso gráfico, de su propiedad para llegar a su meta destruyendo a sus opositores.

Pero también hubo hombres como Luís Piedrabuena o más tarde el Perito Moreno, que no se dejaron “convencer” por ésta prédica y desprecio de lo nacional en pos de otros intereses, luchando y estableciendo nuestra bandera en los rincones más ignorados del sur americano.

Y se estableció la Argentina agroexportadora de la mano de una dirigencia “con olor a bosta de vaca”. Y los mismos intereses que lucharon contra nuestros criollos el 20 de Noviembre de 1845, respaldaron ese modelo que nos convirtió en proveedores de materia primas para las naciones más industrializadas.

Se sirvieron de otros “entusiastas dirigentes” para convertir esta tierra en “granero del mundo” pero dónde sus riquezas iban a manos de 15 familias que vivían en París o en sus palacetes de la Recoleta. Millones de hectáreas fueron entregadas y regaladas a terratenientes, especuladores y políticos influyentes para “conservar” el poder.

La afluencia inmigratoria hizo que la educación se convirtiera en un elemento de transformación de aquellos niños de distintas naciones que llegaran a nuestra tierra. Y arriba de esos pizarrones que miraron con curiosidad, fueron a parar los retratos de nuestros “próceres” protagonistas y héroes de nuestra “historia oficial”. El resto, al tarro de la basura.

Y la Argentina siguió combatiendo por su soberanía, cuando se descubre riquezas del subsuelo. El golpe de 1930, dicen muchos autores “tiene olor a petróleo”. Y fue posible por los cipayos que se prestaron consciente o inconscientemente a su servicio enfrentando a nuestra lucha por ser independientes, algo que no les convenía a los grandes centros de poder.

Los mismos que beneplácitamente disfrutaron de nuestra llamada “Década Infame” dónde los negociados económicos estaban a la orden del día y dónde los gobernantes tenían como fuente de su poder, la corrupción y el fraude electoral.

Miraron con estupor el fin de esa etapa el 4 de Junio de 1943 y enseguida sabiendo que sus intereses estaban en peligro, intentaron vincular a sus protagonistas con los perdederos de la II Guerra Mundial.


El embajador norteamericano se introdujo de lleno en esa campaña política, al igual que otros diplomáticos de la lengua de Shakespeare, lo hicieron años atrás presionando a Hipólito Irigoyen para poner fin a las revueltas obreras en nuestra Patagonia.

Teníamos solamente nuestros símbolos patrios. La economía reposaba en le libra esterlina, nuestros servicios eran prestados por empresas monopólicos extranjeras.

El peronismo puso fin a esa triste etapa. El pueblo se sintió protagonista de su propio destino. Hubo un antes y un después en nuestra historia.

Y nuevamente los intereses extranjeros, con la complacencia de algunos medios a su servicio (La Prensa, de Gainza Paz) y sectores como la Iglesia y la Sociedad Rural, impulsaron su derrocamiento.[1]

Ingresamos al FMI con la sonrisa en los labios de nuestros “cipayos”. Perón diría más tarde que lo importante no es liberarse de las potencias opresoras, si no más bien, mantener esa independencia unidos en toda Latinoamérica.

En las masas perduró el sabor del protagonismo y el amor a quienes les otorgaron la dignidad humana que les habían hecho perder sus explotadores.


En 1982, ese sentimiento postergado, arrollado por los distintos gobiernos militares que interrumpieron como quisieron los intentos democratizadores, vio la oportunidad del desquite en el conflicto de Malvinas. Y no faltaron tampoco quienes censurando esa actitud, más tarde en el gobierno quisieron quitar ese sentimiento genuino y cultivado por años, impulsando la “desmalvinización” nuestro corazón.

Después de muchos años, los mismos intereses, los mismos sectores, con otras personalidades, quieren quitar al pueblo la posibilidad de tener sus propias herramientas de cambio. Nuestra historia es testimonio de su lucha por doblegarnos

Los mismos poderes internacionales están detrás. Por eso, el 20 de Noviembre no terminó para Argentina. Tenemos la oportunidad de afianzar un rumbo soberano.

No dejemos que los cipayos nos ganen de mano.

Viva la Patria. Viva Perón




[1] “Lástima grande que los habitantes de Buenos Aires no conocieran en aquel momento (durante las invasiones británicas) las instituciones inglesas. PUES CON TAL VICTORIA PERDIMOS POR LO MENOS CINCUENTA AÑOS DE CIVILIZACION” (Domingo Faustino Sarmiento, Armonía y conflictos de las razas en América)



[1] ¿Por qué la Francia y la Inglaterra han intervenido al fin? Por razones que vamos a exponer. Primera porque son las más grandes potencias del mundo cristiano y SU PODER LAS LLEVA A INFLUIR EN EL GOBIERNO DEL MUNDO interviniendo en el oriente, en Europa, en el Occidente, cada vez que EL REPOSO en la tierra está comprometido. Esta es una prerrogativa del poder que justa o injustamente ejercerán SIEMPRE. Segunda, porque la Inglaterra y la Francia tienen, al mismo tiempo que poder, intereses materiales que hacer prosperar allí”. (Domingo Faustino Sarmiento, El Progreso, Chile, 18/8/1845). “hay que norteamericanizar el país”, Domingo F. Sarmiento, Obras Completas, Tomo 39



[1] La Banca Rotchschild contra Rosas y la Confederación Argentina: “No habiendo salido todavía el buque conductor de mi anterior fecha 9, lo aprovecho para incluirle los números de ayer y hoy (Del Comercio del Plata, órgano de los unitarios que operaban en Montevideo). Ellos lo impondrán haber llegado otra fragata francesa de la expedición con doscientos artilleros y parte del estado mayor expedicionario. Han llegado a mas grandes cantidades de dinero remitidas por el Banquero de Paris Rothschild con el intento de comprar las letras que los agentes franceses giren contra el tesoro de Francia, y pertenecientes otras a la caja de la División Expedicionaria. Las primeras se hacen subir a 40 mil onzas de oro y las segundas a 10 mil. (Carta de Antonio Cuyás y Sampére –socio y agente de Urquiza- fechada el 11/4/1850). “Viva la Confederación Argentina. Mueran los salvajes unitarios. San José, abril 20 de 1850. Sr. D. Antonio Cuyás: Estimado amigo: Por sus dos apreciables de 9 y 11 del actual, como por los números del Comercio del Plata que hasta ésta última fecha a ellas me acompaña, quedo impuesto del arribo a esa ciudad de dos buques de seiscientos hombres de desembarco, pertenecientes a la expedición francesa: De Haber llegado también grandes sumas de dinero correspondientes unas a la caja de la misma expedición y otras remitidas por el banquero Rotchschild con el intento que Ud. expresa…”(Carta de Urquiza a Cuyás y Sampére) . Reproducidas ambas por el propio Cuyás en su libro Apuntes Históricos sobre la Provincia de Entre Ríos, Mataró, 1888.



Diario El Norte, 20 de Diciembre del 2023.